Japón reitera solemnemente su no reconocimiento de la entidad títere del ‘’Polisario’’
En vista de las importantes victorias recientes de Marruecos, como parte del impulso internacional para apoyar la Soberanía de Marruecos sobre sus Provincias del Sur y su plan de Autonomía bajo Soberanía Marroquí -un impulso encabezado por Su Majestad el Rey, Mohammed VI-, a Argelia sólo le quedaba recurrir al engaño, la falsificación y las maniobras ilegales en un intento patético e inútil de dar una ilusión de visibilidad a su creación ilegítima, el «polisario».
Testigo de ello es su último acto de facilitar la irrupción de elementos del «polisario» en la última reunión ministerial preparatoria de la 9ª Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD9), prevista para los días 24 y 25 de agosto de 2024 en Tokio, y que inició sus trabajos el viernes 23 de agosto, con la participación de altos funcionarios de Japón y de los países africanos miembros de las Naciones Unidas.
Ante esta situación, Japón ha reiterado solemnemente su no reconocimiento de la entidad títere «polisario».
La participación de los miembros del «polisario» en esta reunión fue instigada por su mentor argelino. Así, bajo una identidad falsa y con pasaportes argelinos, los separatistas pudieron acceder al territorio japonés como miembros de la delegación argelina. Cabe señalar que las embajadas argelinas presentaron notas verbales a las autoridades japonesas solicitando visados para estos separatistas, en la misma calidad que el resto de su delegación.
Cabe señalar que El Ministro de Asuntos Exteriores japonés, organizador de esta reunión, envió invitaciones para participar en la Reunión Ministerial de la TICAD9 y en la Reunión de Altos Funcionarios exclusivamente a los países africanos miembros de las Naciones Unidas. Japón, país anfitrión y organizador de esta reunión, no ha cursado invitación alguna a los llamados «rasd» o «polisario».
A este respecto, cabe recordar que Japón no reconoce a la peudo «rasd» y no tiene vínculo alguno con esta entidad títere, por lo que de facto Japón no expidió visados a los supuestos representantes de esta entidad ficticia. Además, Japón se negó categóricamente a aceptar los documentos de visado o sus supuestos documentos de viaje para validar la participación de esta entidad «títere».
Asimismo, en el aspecto organizativo, Japón, al organizar las salas de reunión, no previó la participación de los separatistas que se infiltraron en la sala de reunión con insignias argelinas y como miembros de la delegación de ese país.
Durante esta infiltración, un separatista del «polisario» -en un acto canalla- sacó de su mochila una pancarta con el nombre de la quimérica entidad y la colocó clandestinamente sobre la mesa. Al estar falsificada, era completamente diferente de las pancartas oficiales colocadas por el país anfitrión japonés. Uno de los participantes oficiales grabó un vídeo de este acto, que ha circulado por las redes sociales.
El acto en cuestión fue denunciado enérgicamente y rechazado por la delegación marroquí, así como por un gran número de participantes.
Ante estos actos despreciables y mafiosos, Japón quiso aclarar la situación, de manera solemne y oficial: el alto funcionario japonés que presidió la reunión dejó claro que su país no reconoce la pseudo «rasd». Así lo confirmó el viceministro japonés de Asuntos Exteriores, Fukazawa Yoichi, quien, interviniendo en la sesión plenaria, declaró que la intrusión del «polisario» en esta reunión «no cambia en absoluto la posición de Japón».
Esta irrupción demuestra una vez más que Argelia es el patrocinador y progenitor de esta entidad ficticia. Al tratar de imponer clandestinamente la participación de la fantasmal «rasd» en esta reunión, el régimen argelino viola la posición tradicional de Japón, que nunca ha reconocido ni invitado a esta pseudo entidad.
En definitiva, Japón, que ha manifestado oficialmente su rechazo a semejante comportamiento, este incidente incitará a otros países que acogen a miembros del «rasd» a reflexionar seriamente sobre la posibilidad de expulsar de sus filas al «polisario», que está empezando a envenenar las relaciones de la Unión Africana con sus socios internacionales.