¿Quiénes cuidan a las organizaciones que cuidamos?

¿Quiénes cuidan a las organizaciones que cuidamos?

Señor director:

La Comisión de Desarrollo Social, Superación de la Pobreza y Planificación de la Cámara de Diputadas y Diputados ya comenzó la discusión parlamentaria sobre el proyecto de ley que sustentará al tan anhelado Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados propuesto por el Ejecutivo.

Como organizaciones que trabajamos hace varios años colaborando con el Estado en el cuidado residencial de personas con discapacidad, y que nos encargamos de más del 80% de la oferta de sus plazas, valoramos la creación de este sistema, porque reconoce la labor de cuidados como un cuarto pilar solidario y establece derechos fundamentales, para quienes cumplen con esta responsabilidad, así como, también, fortalece la autonomía de las personas que son cuidadas.

Sin embargo, consideramos necesario analizar de qué manera incorporamos al debate público el cómo mejorar el cuidado de personas en situación de vulnerabilidad que hoy se encuentran bajo responsabilidad del Estado, especialmente niños, niñas, adolescentes, personas con discapacidad y adultos mayores que viven gran parte de su vida en residencias ubicadas a lo largo de todo nuestro país y que en su mayoría han sido abandonados por sus familias de origen.

En este contexto, hacemos un llamado urgente al presidente, Gabriel Boric, y a la ministra de Desarrollo Social y Familia, Javiera Toro, a que puedan resolver esta discriminación en que se encuentran reconocidas instituciones colaboradoras del Estado, que brindan servicios residenciales, en convenio con SENADIS. En estos centros viven y se atiende a personas con discapacidad intelectual, quienes desde el traspaso “administrativo”, en 2019, desde el SENAME a SENADIS, se han visto perjudicadas al recibir una menor subvención en relación con la que recibían en forma previa al traspaso. Esto, pese a que con los años y debido a sus discapacidades severas, su nivel de dependencia ha ido en aumento. Lamentablemente, esta situación no se ha resuelto aún y la brecha ha ido en aumento, registrando una diferencia en torno al 50%.

Es por esto que, para asegurar la sostenibilidad de los proyectos residenciales de adultos con discapacidad, es fundamental equilibrar el financiamiento al nivel que tiene la subvención que hoy reciben niñas y niños con discapacidad intelectual en los programas residenciales en convenio con Mejor Niñez, así como también del resto del universo de residencias de personas con discapacidad. De lo contrario, se pone en riesgo un sistema que hoy atiende a más de 1000 personas adultas con discapacidad mental que no cuentan con otra alternativa de cuidados en sus vidas.

Como organizaciones de larga trayectoria en el cuidado de personas con discapacidad, debemos contar con los recursos necesarios  para llevar adelante nuestra funciones en condiciones apropiadas para dar cumplimiento al actual marco normativo y , así, seguir cuidando a quienes nos necesitan.

Jorge Poblete Escobedo, Director Hogar San Ricardo.

Felipe Rodríguez Cañas, Director Ejecutivo Fundación Amigos de Jesús.

María José Escudero, Directora de Desarrollo e Incidencia Fundación Ronda.

Cristián Glenz, Director Ejecutivo Fundación Pequeño Cottolengo.

Mónica Izquierdo, Directora Residencia Casa de Caridad Don Orione.

Nicolas Fehlandt, Gerente General Fundación Coanil.

María Isabel Robles, Directora Técnica Discapacidad Mental Hogar de Cristo.

Equipo Prensa

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