Programa Aprender en Familia: La importancia de jugar, una forma entretenida de seguir aprendiendo en vacaciones

Aprendizaje. Uno de los pilares fundamentales de Fundación CAP se basa en la educación continua de los niños y niñas, es por eso que invita a las familias a disfrutar de los meses de verano para compartir y seguir aprendiendo juntos.

 

El juego es una parte muy importante en la vida de las personas; es la principal actividad infantil, un impulso primario, vital, que lleva a los niños a conocer el mundo, explorarlo y dominarlo, y también les ayuda a aprender y desarrollar todas sus capacidades.

A través del juego, desarrollan la imaginación y creatividad, además de habilidades motrices e intelectuales que los hacen capaces de adaptarse a distintos escenarios y buscar diferentes soluciones y alternativas para alcanzar lo que quieren.

El aprendizaje ocurre en todo momento y lugar, los niños y niñas están permanentemente aprendiendo y no solo cuando asisten a un centro educativo. Es por esto que las vacaciones pueden convertirse en un excelente momento para desarrollar nuevas habilidades, fortalecer herramientas, vivir nuevas experiencias que se convertirán en aprendizajes significativos y profundos.

Durante este periodo de vacaciones es muy importante mantener a los niños y niñas con la iniciativa de seguir aprendiendo, alejados del estrés del estudio y del exceso de pantallas. Una de las mejores maneras de lograrlo, es organizar distintos juegos y actividades recreativas tanto en el hogar como en parques o donde vayan.

El programa Aprender en Familia de Fundación CAP, al tener como foco mejorar el aprendizaje, desarrollo y bienestar de los niños, niñas y jóvenes,  expone algunas características y beneficios del juego para toda la familia, aprovechando el relajo y la flexibilidad de las rutinas que se puede tener en este periodo.

  1. Jugar desarrolla habilidades. En los juegos las cosas adoptan formas, valores y significados diferentes a los que tienen en la realidad. Esto posibilita transportarse del aquí y ahora a otros espacios en los que se pueden enfrentar y superar miedos, ganarle al enemigo, lograr los sueños, expresar emociones, etc.
  1. Aprendemos diferentes aspectos del mundo. Mientras jugamos y nos divertimos, podemos adquirir conocimientos de historia, geografía o de lenguaje, por ejemplo al jugar bachillerato, hacer la lista de las compras, preparar recetas de cocina, inventar una trivia de la memoria (jugar a recordar las fechas de cumpleaños de los familiares, o las comidas favoritas de cada uno), entre otros.
  2. El juego ayuda a niños, niñas y adultos a liberarse  de la rutina diaria y reconectarse con las otras personas. Permite desligarse, por un rato, de las exigencias y problemas cotidianos, funciona como un calmante que reduce el estrés y a nivel cerebral ayuda a que se liberen hormonas que generan felicidad y bienestar (endorfinas).
  3. Nos ayuda a conectar nuestro pensamiento con las emociones y sensaciones del cuerpo. Cuando jugamos activamos las distintas áreas de nuestro ser. Se manifiestan inmediatamente diferentes emociones, nuestro cuerpo adopta posturas distintas a las habituales, aunque el juego no exija actividad física, el cuerpo responde y nuestro pensamiento comienza a operar poniendo en marcha las diferentes funciones cerebrales.

Juegos de mesa, al aire libre, deportivos, entre otros, son algunas   ideas para implementar durante esta época, compartiendo y pasándolo bien en familia, fortaleciendo el sentido de identidad y autoestima familiar y aprendiendo a través de actividades diferentes y divertidas. Sin duda, jugando en familias, todos y todas continuaremos aprendiendo y logrando un mayor bienestar.

Karla Gutierrez

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